Alrededor de ellos gravita una corte de artistas y pensadores como Pico de la Mirandola y Marsilio Ficino, así como el cardenal Juan, Hijo de Lorenzo y futuro Papa León X. el tema de trasfondo es la lucha entre virtud (representada por Savonarola y su creciente popularidad en la Florencia renacentista del siglo XV, con sus arengas contra la corrupción y podredumbre de una ciudad entregada al placer) y belleza (encarnada en Lorenzo y su obsesión por el arte).
En medio de la lucha se encuentra la hermosa Fiore, amante de Lorenzo y blanco de ataques de Savonarola, como alegoría de la belleza y de la decadencia de la propia ciudad. En el diálogo entre los antagonistas Lorenzo pregunta, «¿Debemos ver el mundo dividido en dos mitades hostiles? ¿Usted dice que el espíritu y la belleza se oponen.», a lo que Savonarola responde, «Son opuestos, sostengo la verdad que he peadecido. ¿Quiere usted una prueba que le demuestre que estos dos mundos son irreconciliables y eternamente extraños uno al otro? El deseo. ¿Lo conoce? Donde se abren abismos, los une con su arco iris, y donde existe abre abismos.» Mann plasmó a la perfección los resortes del poder, ya sea que se sustente en categorías terrenales o espirituales, ya sea que glorifique el placer de los sentidos o la elevada renuncia que pretende purificar el alma.
Al final, Savonarola y Lorenzo se revelan como dobles opuestos, y el triunfo temporal del primero mostraría con los años su carácter efímero. Fiore insta al Prior de San Marcos a abandonar el poder y comportarse como un verdadero monje, a quien Mann hace responder con una magistral frase que bien podría sintetizar la voluntad que mueve a los poderosos: «Amo el fuego».Editorial: Sexto Piso
ISBN: 9786074551198
Fecha de edición:
Idioma: Español
Encuadernación: Rústica
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